Esta cobertura es parte de una serie especial, Cumbia across Latin America, un reportaje visual en seis países documentado durante varios años, que abarca seis países y cubre a las personas, lugares y culturas que mantienen vivo este género musical.
La primera cumbia grabada en Ecuador a finales de la década de 1960 tenía solo una estrofa. Se llamaba "Cumbia Triste" y fue escrita por Polibio Mayorga. Este músico de Ambato, Ecuador, tropicalizó la música nacional de la Sierra ecuatoriana, que había sido estigmatizada por considerarse demasiado triste o demasiado indígena. Mayorga combinó los ritmos del sanjuanito —música tradicional andina— con la cumbia rural colombiana, que llegó a Ecuador a través de la industria discográfica, ya procesada y blanqueada. El resultado marcó una nueva identidad para muchos migrantes provincianos que llegaron a poblar los centros urbanos del país.
Mientras Polibio Mayorga sentó las bases del sonido de la cumbia ecuatoriana, fueron músicos como Medardo Luzuriaga quienes transformaron el género en una sensación nacional. Su hijo, Manuel Luzuriaga, forma parte de la orquesta de cumbia Los Cumbancheros y, cuando habla de su padre, le brillan los ojos. Medardo fue maestro de Manuel y uno de los músicos más respetados en la historia de las orquestas de cumbia en Ecuador. A fines de los años 60, Medardo creó la orquesta Don Medardo y sus Players. Grabó más de 100 discos, y sus cumbias emblemáticas, como "Cumbia Chonera" y "La Novia", aún viven en la conciencia colectiva del país. Muchos de sus hijos y nietos fundaron varias orquestas tras su muerte, todas ellas siguen tocando su repertorio dorado.
Estefanny Guerrero quiso ser una "Canelita" desde los cinco años. Con sus botas y extensiones rojas sobre la mesa, cantaba las canciones de Tierra Canela, un grupo femenino de tecnocumbia que recluta jóvenes de todo el país. Miles participaron en la última convocatoria para encontrar nuevas integrantes. Algunos músicos y espectadores critican al grupo, diciendo que solo son caras bonitas y cuerpos sexys, pero ellas pasan largas horas en clases de canto y baile, y saben animar a cualquier público. La tecnocumbia, un producto de consumo masivo, mezcla ritmos indígenas de Ecuador y Perú para hacerlos bailables.
Guerrero finalmente llegó a Tierra Canela y aún usa extensiones de cabello rojo. La joven de 31 años cuenta que próximamente se retirará dignamente del grupo, para evitar que la saquen por "vieja." Los managers prefieren que las integrantes no digan su verdadera edad en entrevistas, tampoco les permiten decir que son mamás o que tienen novios para mantener una imagen. A pesar de todas estas restricciones y exigencies, son ellas las que muchas veces sostienen económicamente a sus familias.
Esta cobertura se realizó con el apoyo del programa de Explorers de National Geographic Society.
Karla Gachet es fotoperiodista radicada en Los Ángeles, California. Puedes ver más de su trabajo en su sitio web, karlagachet.com , o en Instagram en @kchete77.
Copyright 2025 NPR